INFORMACIÓN ÚTIL
SOBRE EL AGUA
TIPOS DE AGUAS:
Agua con gas. Agua que contiene disuelta
apreciable cantidad de dióxido de carbono CO2. Procedente de manantial.
Agua de consumo
público envasada. Agua
procedente de un suministro público, que se ha envasado para suplir carencias o
problemas en las redes de distribución.
Agua de manantial. Agua similar al agua mineral, pero a la que no se le
atribuyen legalmente efectos beneficiosos para la salud.
Agua de mineralización fuerte. Agua con un residuo seco de 1.500 mg/1 o más.
Agua de mineralización débil. Agua con un residuo seco de 500 mg/1 o menos.
Agua de mineralización muy débil. Agua con un residuo seco de 50 mg/1 o menos.
Agua mineral natural. Agua obtenida directamente del manantial sin que haya
estado en contacto con el aire, de composición más o menos constante, que ha
sido declarada así porque se le atribuyen efectos beneficiosos para la salud.
Antes se habían denominado aguas mineromedicinales.
Agua
oligometálica. Agua de
mineralización débil.
Agua preparada-Agua tratada. Agua
potable, procedente de cualquier origen que ha sufrido tratamientos fisicoquímicos para evitar el sabor y
el olor del cloro y otros compuestos.
Los únicos alimentos que se nos ofrecen con un
análisis químico bastante completo son las aguas minerales. En una esquinita de
la etiqueta de las botellas encontramos el certificado —del laboratorio del
doctor Oliver Rodés en el 95 % de los casos— que nos indica la cantidad
de cloruros, bicarbonatos, sulfatos, etc. Dediquemos un instante a comprobarlo
en la etiqueta del agua Sant Aniol.
Análisis químico del agua de Sant Aniol, agua
mineral con gas.
El agua
mineral —y todas las demás— es una mezcla de agua (H20), sales y
gases. Las sales del agua mineral están disueltas, es decir, los cristales de
la sal han desaparecido y las sales están en forma de cationes o de aniones.
Los cationes son grupos de átomos de carga eléctrica positiva, mientras
que la carga de los aniones es negativa. Los aniones tienen nombres
acabados en -uro o -ato: por ejemplo, bicarbonato (de fórmula química HCO3
-), sulfato (SO42-), cloruro (Cl-)
o nitrato (NO3 -). Los cationes son los que tienen nombre
de metal, como calcio (Ca2+), magnesio (Mg2+), sodio (Na+)
o potasio (K+).
Los iones
predominantes en un agua mineral son los que permiten clasificar un agua dentro
de un tipo u otro. La de Sant Aniol será bicarbonatada cálcica. Tiene
relativamente poca cantidad de minerales, y por eso la etiquetan como oligometálica;
significa que hay pocos minerales, porque el prefijo griego oligo- es
«poco» o «pequeño».
Lo que sí que
hay es una diferencia enorme en la salinidad de las aguas. Hay aguas con mucho
ión sodio, y otras con muy poco ión sodio. La que he encontrado con menos sodio
es la de Veri, con sólo 0,6 mg por litro de ión sodio. La que más tiene es el
Vichy Catalán, con 1.110 mg/1. Y existen aguas con muy poco ión fluoruro y
otras con más fluoruro, lo cual hay que señalar para evitar los problemas que
pueda presentar un exceso de fluoruro en las primeras etapas de la dentición
infantil. En cambio, la falta de flúor tampoco es buena. El fluoruro ayuda a
formar el compuesto mineral de los dientes. En fin, en cuanto a los fluoruros
en el agua, es malo que haya pocos y también que haya demasiados.
Las composiciones
de las aguas minerales proporcionan también el valor del residuo seco,
que en el agua de Sant Aniol, según se nos indica, es de 318 mg/1. Eso es la
cantidad total de minerales que contiene el agua, y es el residuo que queda
cuando se ha puesto a hervir y se ha evaporado todo el litro de agua.
Evidentemente, cuanta menos mineralización, menos residuo seco. Las aguas de
residuo seco muy bajo pueden llevar en la etiqueta la inscripción «De
mineralización débil» o «muy débil».
La dureza de las aguas naturales es
producida sobre todo por las sales de calcio y magnesio, y en menor proporción
por el hierro, el aluminio y otros metales. La que se debe a los bicarbonatos y
carbonatos de calcio y magnesio se denomina dureza temporal y puede eliminarse
por ebullición, que al mismo tiempo esteriliza el agua. La dureza residual se conoce
como dureza no carbónica o permanente. Las aguas que poseen esta dureza pueden
ablandarse añadiendo carbonato de sodio y cal, o filtrándolas a través de ceolitas
naturales o artificiales que absorben los iones metálicos que producen la
dureza, y liberan iones sodio en el agua. Los detergentes contienen ciertos
agentes separadores que inactivan las sustancias causantes de la dureza del
agua. El hierro, que produce un sabor desagradable en el agua potable, puede
extraerse por medio de la ventilación y sedimentación, o pasando el agua a
través de filtros de ceolita. También se puede estabilizar el hierro añadiendo
ciertas sales, como los polifosfatos. El agua que se utiliza en los
laboratorios, se destila o se desmineraliza pasándola a través de compuestos
que absorben los iones.
Además de los
iones, el agua tiene gases disueltos. Incluso en el agua sin gas, siempre hay
algo de gases disueltos, aunque sean sólo restos de gases del aire. Al agua con
gas se le ha añadido dióxido de carbono, de fórmula C02 —gas
carbónico, como indica la etiqueta—, a veces procedente del mismo manantial, y
otras de procedencia industrial diversa, como por ejemplo mediante combustiones
o fermentaciones. Y ese gas carbónico es el que genera iones bicarbonato y
carbonato en el seno del agua.
El agua puede
tener rastros de radiactividad. Las aguas minerales no son apenas radiactivas,
y es improbable que curasen o matasen jamás a alguien.
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