La vida, tal
como se conoce en la Tierra, se desarrolla siempre en medio acuoso. Incluso
en los seres no acuáticos el medio
interno es básicamente hídrico. La inmensa mayoría de las reacciones
bioquímicas se desarrollan en el seno del agua y obedecen las leyes
fisicoquímicas de las disoluciones acuosas. Por todo ello no es de extrañar que
el agua sea el principal componente de los seres vivos en cuanto a su cantidad.
El cuerpo humano, por ej., está formado por término medio por un 75% de agua,
aunque los tejidos que necesitan mucha actividad como el nervioso son agua en
un 90%. Sólo los tejidos esqueléticos y las semillas de las plantas presentan
una baja proporción de agua.
El agua reúne
una serie de características que la convierten en un disolvente único e
insustituible en la Biosfera. En cuanto a sus propiedades fisicoquímicas cabe
destacar:
1.- La
molécula de agua tiene un marcado carácter dipolar. Aunque tiene una carga
total neutra (posee el mismo número de protones y de electrones), presenta una
distribución asimétrica de sus electrones: alrededor del O se concentra una
densidad de carga negativa (d-)
debido a que es un elemento mucho más electronegativo que el H, por ello los
núcleos de H quedan desnudos, desprovistos parcialmente de sus electrones
y manifiestan, por tanto, una densidad de carga positiva (d+). Este carácter dipolar de la
molécula de agua es de trascendental importancia y tiene múltiples
consecuencias: La más relevante es que se pueden establecer interacciones
dipolo-dipolo entre las propias moléculas de agua formando uniones
electrostáticas llamadas puentes o enlaces de H: la carga parcial negativa del
O de una molécula ejerce atracción electrostática sobre las cargas parciales
positivas de los átomos de H de otras
moléculas adyacentes. Aunque son uniones débiles, el hecho de que alrededor de
cada molécula de agua se dispongan otras 3 moléculas unidas por puentes de H
permite que se forme en el agua (líquida o sólida) una estructura reticular,
responsable de su comportamiento anómalo y de la peculiaridad de sus
propiedades fisicoquímicas. Todas las restantes propiedades del agua son, pues,
consecuencia de ésta.
2.- El amplio
margen de temperaturas en que permanece en fase líquida (0º-100º) proporciona
variadas posibilidades de vida, desde los organismos psicrófilos que pueden
desarrollarse a temperaturas próximas a 0º, hasta los termófilos que viven a
70º-80º.
3.- La anómala
variación de la densidad con la temperatura, con una densidad máxima a 4ºC,
determina que el hielo flote en el agua líquida actuando como aislante térmico
y, en consecuencia, posibilitando el mantenimiento de la gran masa de agua de
los océanos en fase líquida albergando a la mayor parte de la Biosfera.
4.- El
agua es el líquido que más sustancias disuelve (disolvente universal).
Esta propiedad, tal vez la más importante para la vida, se debe a su capacidad
para formar puentes de H, además de con otras moléculas de agua como se dijo
anteriormente, con otras sustancias polares (grupos -OH de alcoholes y
azúcares, grupos -NH2 de aminoácidos, proteínas, ácidos nucleicos,
etc.), pues se disuelven cuando interaccionan con las moléculas del agua.
Compuestos iónicos, como las sales cristalizadas; por ser el agua dipolar se interpone entre los compuestos iónicos disminuyendo la fuerza de atracción de los iones y provocando su separación y por tanto su disolución.
Compuestos orgánicos neutros que poseen grupos funcionales polares (hidroxilo, aldehído cetona, carboxilo, amina, amida, sulfhidrilo); son solubles en el agua, pues no interrumpen su estructura al formar enlaces de hidrógeno con ella. A estos compuestos se les llama hidrófilos o polares.
Compuestos orgánicos no polares (radicales alifáticos); son insolubles en agua porque interrumpen su estructura, al no formar enlaces de hidrógeno con ella. A estos compuestos se les llama hidrófobos o apolares.
Substancias anfipáticas (poseen a la vez grupos hidrófilos e hidrófobos); son dispersadas por el agua. Por ejemplo, un ácido graso de cadena larga forma unos agregados denominados micelas, en las que los grupos carboxilo polares están en contacto con el agua y forman enlaces hidrógeno con ella, mientras que las cadenas hidrocarbonadas insolubles, hidrófobas y apolares se ocultan del medio acuoso mediante interacciones hidrofóbicas.
Otra manera de disponerse las substancias anfipáticas cuando se añaden en pequeña cantidad al agua, es formando una monocapa en la superficie, y las cabezas polares se disponen en contacto con la superficie de ésta. Sobre esta monocapa puede disponerse una segunda capa con las colas apolares sobre la primera, formando una bicapa lipídica. En ella las cabezas polares forman enlaces de hidrogeno con el agua y los grupos apolares se mantienen unidos por interacciones hidrofóbicas.
De todo ello, se deduce, que una de las primordiales funciones del agua es la de actuar como disolvente de la mayoría de las moléculas y dado que es condición imprescindible, que para que una reacción química tenga lugar, que los reactivos se encuentren disueltos, podemos deducir que el agua, al permitir la disolución de los compuestos biológicos, actúa como el medio donde se realizan todas las reacciones metabólicas características de la actividad vital.
Así mismo, sirve de vehículo de entrada y salida de las distintas substancias disueltas en ella, a través de la membrana, en la célula.
Otra manera de disponerse las substancias anfipáticas cuando se añaden en pequeña cantidad al agua, es formando una monocapa en la superficie, y las cabezas polares se disponen en contacto con la superficie de ésta. Sobre esta monocapa puede disponerse una segunda capa con las colas apolares sobre la primera, formando una bicapa lipídica. En ella las cabezas polares forman enlaces de hidrogeno con el agua y los grupos apolares se mantienen unidos por interacciones hidrofóbicas.
De todo ello, se deduce, que una de las primordiales funciones del agua es la de actuar como disolvente de la mayoría de las moléculas y dado que es condición imprescindible, que para que una reacción química tenga lugar, que los reactivos se encuentren disueltos, podemos deducir que el agua, al permitir la disolución de los compuestos biológicos, actúa como el medio donde se realizan todas las reacciones metabólicas características de la actividad vital.
Así mismo, sirve de vehículo de entrada y salida de las distintas substancias disueltas en ella, a través de la membrana, en la célula.
5.- El agua
posee un elevado calor específico. Se denomina calor específico a la capacidad
de almacenar energía para un aumento determinado de la temperatura: el agua
puede absorber grandes cantidades de calor, mientras que, proporcionalmente, su
temperatura sólo se eleva ligeramente. Del mismo modo, su temperatura desciende
con más lentitud que la de otros líquidos a medida que va liberando energía al
enfriarse. Esta propiedad permite que el contenido acuoso de las células sirva
de protección a las sensibles moléculas orgánicas ante los cambios bruscos de
temperatura. Además, el calor que se desprende en los procesos metabólicos no
se acumula en los lugares donde se produce, sino que se difunde en el medio
acuoso y se disipa finalmente hacia el medio externo.
6.- El agua
posee una elevada fuerza de cohesión entre sus moléculas. Los puentes de H
mantienen a las moléculas de agua fuertemente unidas, formando una estructura
compacta que la convierte en un líquido casi incompresible. Gracias a esta
propiedad algunos seres vivos utilizan el agua como esqueleto hidrostático.
7.- El agua posee una elevada fuerza de adhesión.
Esta fuerza está también en relación con los puentes de H que se establecen
entre las moléculas de agua y otras moléculas polares y es responsable, junto
con la cohesión, del llamado fenómeno de la capilaridad, es decir, el ascenso
de agua a través de las paredes de un capilar (delgado tubo de vidrio).
Los seres vivos
van renovando continuamente su contenido en agua, ingiriéndola con la
alimentación y perdiéndola con la respiración como vapor y con la excreción
(orina, sudor, etc.)
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